Descripción
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Cómo cultivar la verbena
Siembra: en semillero a finales de la primavera o a principios del verano. Asegúrate de haber pasado la helada y de que los días sean más largos.
Sustrato: Asegúrate de que estén plantadas en tierra bien drenada. Después de colocarlas en la tierra, fertiliza la tierra con fertilizador para flores. Realiza el procedimiento de fertilización mensualmente para el resto de la temporada de cultivo.
Luz: soleada y semisombra
Ubicación: jardines y macetas.
Sol: 8 a 10 horas de luz solar. Las plantas de verbena están propensas a desarrollar oídio si no reciben sol suficiente.
Tipo de suelo: Bien drenado
Riego: Riega con agua sin cloro para mantener la tierra húmeda durante las primeras semanas en almacigo, después de plantarlas al lugar definitivo debes cambiar el régimen de agua después de que las plantas de verbena estén bien arraizadas. Riega con agua una vez a la semana en la base de las plantas, asegurándote que cuenten con tres centímetros de agua o lluvia. Deja que la tierra se seque antes de volver a regarlas. El exceso de agua y de riego con agua desde arriba son errores comunes que se cometen al cuidar la verbena.
Abono: materia orgánica
Plagas: es una planta muy resistente a las plagas del jardín. De todas maneras, se puede ver afectada por el pulgón y el oídio si tiene poco sol.
Poda: Retira las cabezas de las plantas de verbena después del primer florecimiento. Poda un cuarto de la parte superior de las plantas, incluyendo los brotes de las flores. Ten cuidado de no podar el tallo principal.
Poda dos o tres veces por temporada. El próximo florecimiento aparecerá en 15 a 20 días. Esta práctica producirá que haya más florecimientos y que las plantas sean frondosas.
Recorta la planta ligeramente en el otoño si vives en un lugar más caluroso y quieres tenerla perennemente. Esta morirá ante la exposición de la helada. No las cortes demasiado.
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