Cuando nos referimos a las acelgas de colores, lo hacemos refiriéndonos al color de sus TALLOS y nervaduras. Si bien las ‘acelgas verdes’ son de color blanco, crema e incluso con ciertas tonalidades verdosas, las denominadas de colores pueden ser amarillas, naranjas o rojas y en sus diversas tonalidades según la variedad. Estamos ante unas plantas comestibles y a la vez muy decorativas.
Es importante recalcar que estas variedades NO son producto de transgenia (modificadas genéticamente), son totalmente naturales, y como todos nuestra semillas, están libres de pesticidas y de químicos.
Su sabor es igual al del resto de acelgas, semejante al de las espinacas aunque algo más suave. Como las demás, son laxantes y digestivas y normalmente se consumen cocidas y aderezadas solas en hervido, o bien como guarnición de carnes, pescados, etc. Tras la espinaca, es una de las verduras más ricas en calcio.
Las acelgas de colores nos darán un ‘juego’ estupendo en la cocina pudiendo hacer platos únicos, como por ejemplo ‘acelgas arco iris salteadas con jamón’, ‘Acelgas de colores con alubias y atún’, etc. Con ellas, la presentación de los platos siempre aporta un punto de sorpresa y de curiosidad.
La acelga es una planta bianual rústica que se adapta a variadas condiciones de clima y suelo. Variedad de hoja lisa y verde oscura con nervadura blanca. Necesita entre 15 a 30 cm de separación, siémbrala en la sombra no más de 3 horas de sol en verano y cosecha sus hojas regularmente. Verdura sabrosa, rica en vitaminas y minerales, ideal para guisos, acompañamiento, tortillas, etc.