SEMILLAS DE PENSAMIENTO

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Los pensamientos son plantas perennes de corta duración, muy populares para su uso en macetas y bordes coloridos. Sus vistosas flores suelen tener una bonita marca en el centro y parecen rostros, a veces con manchas más oscuras. 

Los pensamientos florecen todo el año, pero son especialmente útiles en invierno, cuando apenas florecen otras plantas.

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Descripción

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SOBRE CON SEMILLAS SELECCIONADAS – COLORES VARIADOS

Cómo sembrar pensamientos

Siembra las semillas a cubierto a finales del invierno para que florezcan desde finales de la primavera hasta el otoño.

Para cultivar pensamientos para la floración de otoño e invierno, siembra las semillas a mediados del verano.

Coloca una o dos semillas por maceta, cúbrelas con una delgada capa de tierra y riega con cuidado de no hacer charcos.

Deja las macetas al sol y procura que la tierra esté siempre húmeda, una vez que las platas crezcan y tengan dos o más pares de hojas puedes trasplantarlas.

 

Dónde cultivar: macetas, jardineras, cestas colgantes y bordes.

Se desarrollan mejor en un suelo fértil al sol o en media sombra: en macetas, utilice un abono multiuso sin turba, y en el suelo mejore la tierra con materia orgánica bien descompuesta antes de plantar.

Sol: Florecerán mejor a pleno sol o en sombra parcial, pero se mantendrán con un aspecto fresco y seguirán floreciendo por más tiempo si se cultivan en sombra parcial.

Distancia: Sepáralos a 15 cm. Los pensamientos plantados a mediados y finales del otoño deben plantarse más juntos a unos 10 cm ya que no crecerán tanto antes de que bajen las temperaturas.

Abono: utiliza uno multiuso de buena calidad para plantar pensamientos en macetas. En los arriates o separadores, añade primero un abono de jardín bien descompuesto o un abono de plantación, para mejorar la tierra. Al igual que con cualquier planta anual de larga floración, los pensamientos aprecian un poco de fertilizante.

Sustrato: Aunque los pensamientos no son plantas complicadas, crecerán mejor en suelos ricos y sueltos con un pH ligeramente ácido (6,0 a 6,2). Se alimentan mucho, así que modifica tu suelo con compost para darles un buen inicio.

Profundidad: no es muy exigente en cuanto al tamaño de la maceta, pero recomendamos usar una de al menos 5 litros para que la planta esté cómoda. 

Riego: El riego regular los ayudará a aguantar un poco más, los pensamientos prefieren la tierra húmeda, pero no empapada. En verano un poco de agua todos los días al caer la tarde es ideal, no hace falta mucha agua, solo un poco para que la humedad no se pierda. Recuerda regar solo a nivel del suelo sin mojar demasiado el follaje, esto evitará posibles enfermedades por hongos.

 

Temperatura y humedad: A los pensamientos no les gusta el calor en absoluto y comenzarán a declinar a medida que los días se calientan. En este caso es recomendable aportarle sombra durante las horas más calurosas del día.

Poda: elimina regularmente las flores marchitas y muertas, hacer esto anima a la planta a seguir produciendo nuevas flores.

Enfermedades: las manchas en las hojas de los pensamientos pueden estar causadas por enfermedades fúngicas, utiliza recetas de fungicidas caseros.